Aceptar y agradecer a nuestros antepasados es aceptarnos a nosotras mismas, pues ellos están vivos en ti y en mi.
Cuando sentimos rechazo por nuestros padres o algún miembro del clan, estamos rechazando una parte que es imprescindible para sentirnos plenas.
Muchos ancestros de nuestra familia, fueron rechazados por no cumplir con los valores familiares y sociales de su tiempo. Es hora de integrarlos, aunque no los conozcas.
Es natural sentir rechazo y rechazar, en un proceso evolutivo, pues sirve para poner distancia en procesos de diferenciación y elección del propio camino. Es útil para discernir y elegir los valores que rigen tu vida y los que te dan identidad personal.
Es natural la exclusión grupal porque da seguridad al grupo, se rige por patrones inconscientes de supervivencia y proporciona identidad familiar y social. Descubrir la función de algo, te libera del juicio moral.
Hay mucho dolor en las memorias de nuestras familias por parte de víctimas y perpretadores, individuales y grupales.
También muchos regalos: dones, cualidades heredados de tu linaje. Así como asignaturas pendientes para explorar en tu vida.
Al pasar el tiempo y mirar con perspectiva, podemos darnos cuenta de que todos los roles y situaciones, fueron igualmente importantes en la evolución personal, en una familia, y sociedad, en cuanto al desarrollo de habilidades que les permitieron sobrevivir y la evolución de la conciencia de sus miembros. Cada quien hizo lo que pudo con lo que tuvo.
Con este espíritu integrador y de agradecimiento, realicé esta Meditación inspirada por la luna nueva, que este año, coincide con la celebración en nuestra cultura, del recuerdo a nuestros muertos.
Esta meditación te servirá para reconocer y recibir esa fuerza vital de padres, abuel@s y linaje ancestral. PINCHA AQUÍ PARA ESCUCHARLA.
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